En una esquina de la felicidad debe haber algo que contraste con nosotros, no sé, quizá una esperanza, una
ilusión, un trayecto que comenzar...Se ve, que según pasa el tiempo buscamos otras maneras de encontrarnos
a nosotros mismos, o puede que incluso al resto. Planteamos preguntas, paradigmas y travalenguas, que
queremos que el mundo resuelva por nosotros. Cuando encontramos todas esas respuestas detrás de las que
llevábamos algún tiempo, el universo viene y cambia todas las preguntas. Nala, la protagonista de nuestra
historia, abrazaba su almohada fuertemente, mientras lágrimas agrias avanzaban, resbalando por su rostro.
- Unas horas antes un muchacho, le había destrozado el corazón. Llevaban casi un año, apenas mucho para lo
enamorada que estaba y está de él. No quiso darse cuenta, de las hazañas que había hecho ella para luchar
porque ese "ellos" que tenían, siguiese ahí. Mientras tanto, él soltaba excusas para dejar de verla, le seguía
diciendo que le quería, se pasaba horas hablando por teléfono y le echaba de menos a cada momento. La razón,
escondía algo y temía serle sincero. Ella, ahora en su cama, derrumbada, por haber cortado con él, pues llegó a
darse cuenta que, entre mentira y mentira, se había ocultado el verdadero motivo. El amor se volvió imposible,
y ahora, irreversible. - Ásperas, seguían su camino hasta el cuello, atravesando la camisa y dejándola
empapada de dolor.
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