miércoles, 20 de junio de 2012

Carpe Diem


Estaba recocijada en la cama, las sábanas me habían atrapado con el transcurso de la mañana, seguían avanzando los minutos y mi cuerpo era tan pesado como mil kilos de apesadumbrez. Seguía cansada, tras una tarde bajo un sol abrasador. Los edificios se posaban cual rascacielo frente a mí. Me protegía ante mi pálida tez, para que la tenue luz no dañase mi color albino.

Al acariciar mi muñeca, audaz encontré un coletero, que pude usar para recoger mi cabello.

Después de descalzarme, me metí en el agua congelada, tras botar al suelo el vestido que llevaba encima y con él, esos kilos de más. Finalmente, relajé los músculos y respiré hondo, introduciéndome a su vez, en el agua. A medida que iba metiendo los brazos en ella sentí un deja vu. Era como si el volver a vivir esa sensación fuera algo más en ese instante[...]

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