sábado, 14 de abril de 2012

Cuando la vida nos plantea dos caminos.


A todos nos llegan el momento en el que la vida nos plantea dos caminos para seguirla. No uno bueno y uno malo, simplemente dos caminos. Uno tan bueno como el otro. Pero cuando decidimos coger uno de ellos después de plantearnos y replantearnos las cosas que dejamos atrás, en el otro camino, nos damos cuenta de que cojamos el camino que cojamos, siempre nos dejaremos algo, que alguien sufrirá, lo pasara mal… En ese momento solo somos capaces de pensar en las personas que no nos incumben, pero no pensamos en nosotros, todo lo que sufrimos mientras elegimos que camino coger. No nos damos cuenta de el daño que nos hacemos, de lo mal que lo pasamos. Pero aunque nosotros no nos paremos a mirar el dolor que nos causa, los que pasan a nuestro lado si se fijan. Unos pasan de largo, desquitándose del problema. Otros simplemente para a preguntar y siguen su camino. Pero solo una pequeña parte de esas personas se para a ayudarnos, a sentarse a nuestro lado y acompañarnos, a intentar buscarle una solución…

Todos agradecemos a esas personas, que deciden perder su tiempo ayudando a otros aunque no lo conozcan de nada, o solo de haberle visto pasar un día cualquiera.     Aun así, la vida solo nos plantea decisiones, algunas más fáciles y otras más difíciles, pero aun así no dejan de ser decisiones que debemos tomar, y cada una de ellas con sus respectivas consecuencias que debemos aceptar y superar.

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